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Ant-Man & The Wasp:Quantumania

Texto: Celeste Alvarado

Hace ya 8 años que Paul Rudd nos trajo por primera vez a Scott Lang, el pequeño Ant-Man, que originalmente le hacía honor a su nombre en el universo Marvel. Era una apuesta no muy grande dirigida por Peyton Reed que le hacía honor a su vena cómica, eso sí, inesperadamente entrañable.
Ant-Man se fue metiendo a las grandes ligas y llegó a Civil War, se volvió un Avenger, tuvo su secuela e incluso se dio le lujo de traer la idea del viaje temporal que salvaría el mundo post el blip de Thanos en Endgame.

Pero ahora Quantumania se vuelve full Marvel y da ese salto que la hace digna de desatar la fase 5 de este universo y vaya que lo hace con bombo y platillo y nada menos que de la mano de uno de los villanos más temibles: Kang.

Escrita por Jeff Loveness (que por si no les suena está detrás de shows como Jimmy Kimmel Live! Rick y Morty y The Office) y de nuevo dirigida por Reed, Quantumania nos presenta a una ya adulta, superdotada y aguerrida Cassie, hija de Lang, quien ha diseñado una especie de radio para comunicarse con el Reino Cuántico y a un Scott Lang que, por su parte, se ha convertido en el héroe super estrella sin mucho propósito que se ha desviado un poco de su propia causa para dedicarse a escribir su autobiografía. Las cosas se complican cuando la señal que manda Cassie es interceptada por el temible enemigo y tanto ella, como su padre, Hope, Hank y Janet son absorbidos al Reino Cuántico.

Aquí es cuando la construcción de este mundo fantástico se torna épica y nos remonta a lo que ya hicieron otras grandes sagas como El Señor de los Anillos, Star Wars, Harry Potter, con polillas gigantes, seres del “desierto”, telépatas, líderes guerreras y, por supuesto, un megalómano opresor que tiene a este diminuto universo fuera de nuestro espacio-tiempo al borde de la rebelión.
El villano de Majors es ominoso y sus facciones atrapan las emociones del espectador. Sabes que es malvado y aún así también sabes que hay algo aún más malo que él allá afuera pero que sigue siendo él mismo (que meta es Marvel). No es Thanos y sin embargo sientes que está a punto de desatarse algo terrible y quizá ese el gran acierto de la película.

Mención aparte merece M.O.D.O.K., cuya identidad no revelaremos, pero que es otro personaje de los cómics que había demorado en hacer su aparición oficial en el MCU. La forma en la que tanto director como guionista logran entregar sus escenas no pierden el toque absurdo que ha sido el sello de todas sus creaciones en conjunto.

Ant-Man and The Wasp: Quantumania es un deleite que te atrapa y te lleva a lo más interno de su microuniverso para demostrar que “Siempre hay espacio para crecer”.

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