Texto: Andrea Pallares
Fotografías: OCESA / César Vicuña
La noche del sábado, el Pepsi Center se convirtió en un hervidero de energía y expectativa con la esperada presentación de Disclosure. Sin embargo, la antesala del evento dejó algo que desear para muchos asistentes.
La velada comenzó con una DJ invitada que, a pesar de su talento, no logró captar la atención del público durante su set de una hora. La multitud, impaciente y poco animada, se vio atrapada en un ambiente monótono que no lograba encender la chispa de la fiesta. A medida que transcurrían los minutos, los murmullos y el desinterés se hicieron más evidentes.
A continuación, Mau Moctezuma tomó el control del escenario y, al principio, logró elevar el ánimo con una mezcla de ritmos envolventes. Su energía fue contagiosa y el ambiente se encendió momentáneamente. Sin embargo, tras hora y media de música, la intensidad comenzó a desvanecerse. Los asistentes, visiblemente ansiosos, empezaron a clamar por la llegada de Disclosure.
Finalmente, tras un tiempo que pareció eterno, los aclamados artistas principales hicieron su entrada. En ese instante, el Pepsi Center explotó de emoción. Las luces se encendieron y el ritmo de sus éxitos cautivó a todos. Durante la hora que duró su set, la conexión entre el dúo y el público fue palpable, transformando la atmósfera y llevando a todos a una euforia colectiva.
A pesar de los altibajos de la noche, la llegada de Disclosure demostró que a veces la espera vale la pena.
