Proteger la vida y seguridad de las personas es el objetivo principal del blindaje por lo que es importante que los usuarios adquieran productos certificados que cumplan el desempeño balístico para el cual se trabajó; y que va desde la protección contra asaltos hasta atentados con armas de alto calibre, señalan expertos del Consejo Nacional de la Industria de la Balística (CNB).
Para la realización de cualquier tipo de blindaje automotriz, arquitectónico, corporal y táctico, los materiales que más se usan son: el acero balístico, el vidrio balístico, cerámicas y las fibras o textiles (como aramidas y polietilenos de ultra alto peso molecular). Estos deben cumplir con ciertos procesos, normas y regulaciones tanto nacionales como internacionales que garantizan su calidad y eficiencia. En México, son 136 empresas registradas en la Dirección General de Seguridad Privada (DGSP), en la Submodalidad “a” ( actividad relacionada directa e indirectamente con la instalación o comercialización de sistemas de blindaje con todo tipo de vehículos automotores.) y 293 registradas en la Submodalidad “b”, (actividad relacionada directa e indirectamente con la instalación o comercialización de equipos, dispositivos, aparatos, sistemas o procedimientos técnicos especializados, entre otros, chalecos blindados y demás prendas de vestir con protección balística circuitos cerrados de TV (CCTV), sistemas de posicionamiento global (GPS), controles de acceso y cercas electrificadas), de esta última Submodalidad son alrededor de 40 empresas de blindaje.
Pero ante el alza de delitos como la extorsión y el robo a transportista han surgido más negocios que no están regulados, ni cuentan con permisos y pueden usar materiales de dudosa procedencia o no aptos para la protección.
“Es importante que los usuarios del blindaje se aseguren que las materias primas con las que se trabaja como las fibras, el polietileno, las aramidas, cuenten con certificados de calidad para certificar que realmente son materiales que tiene un alto desempeño balístico, eso te da cierta trazabilidad para que en caso de que no cumpla se pueda detectar el origen del producto quién lo proveyó y pueda tener una mejora”, menciona Brenda Martínez, delegada de la Comisión de Fabricantes y Comercializadores de Materiales Balísticos del CNB.
Las certificaciones, precisa Federico Forastieri, presidente de la Comisión de Fabricantes y Comercializadores de Materiales Balísticos se realizan, primordialmente, en Europa. “La proveeduría de materiales como los aceros viene de países nórdicos o escandinavos; también de otros países en Europa o de Asia, los fabricantes de lámina o placa de acero balístico son muy reconocidos; además trabajamos con laboratorios que certifican balísticamente y que están en Estados Unidos o en Alemania, es decir, todas las empresas blindadoras y asociadas al CNB tienen garantía de usar materiales y procesos de alta calidad”.
En México, la industria del blindaje se rige bajo las siguientes normas: NIJ (National Institute of Justice) de Estados Unidos, la VPAM de Europa; así como la CEN1063 (Norma Europea, además de la NOM (Norma Oficial Mexicana), ellas evalúan y clasifican la resistencia balística de los materiales y productos blindados como cascos, chalecos y vehículos. Es decir, aseguran la protección para el tipo de nivel de amenaza al que se está expuesto y que va desde un nivel comercial del 3 al 7. Datos del CNB indican que el blindaje NIJ IIIA, que resiste a impactos de armas cortas, es el más solicitado en el país.
Las empresas blindadoras que usan materiales certificados también están alineadas a procesos de registro ante la Dirección General de Seguridad Privada (DGSP) y la Secretaría de la Defensa Nacional. Rodrigo Cornejo, delegado de la Comisión de Ética y Justicia, explica que, los niveles de blindaje bajo para robo o asalto, en la parte vehicular se usan prácticamente textiles (aramidas) y vidrio, para amenazas más altas como de niveles comerciales 4, 5 o 6 se utilizan comúnmente mezclas de textiles (aramidas y polietileno de ultra alto peso molecular), con acero en las partes opacas o únicamente acero y vidrios; mientras que para el blindaje corporal los chalecos siempre tendrán textil y/o una combinación de cerámica y textiles y, en contadas ocasiones, se reforzarán con placas de acero balístico.
“Hay que recordar que todo aquello que detenga una munición es un buen blindaje, hoy en el mercado hay aramidas de buena calidad, pero también hay chinas con menor calidad y precio, entonces, debemos enfocarnos más en que las empresas que fabrican el acero o los textiles sean empresas con certificados, con controles de calidad, como ISO y con las autorizaciones pertinentes”, agregó Rodrigo Cornejo.
Todo lo anterior, para evitar que los usuarios sean víctimas de fraudes o utilicen materiales que no vayan a cumplir con el objetivo de salvarles la vida, por lo que en voz de los tres expertos es necesario que el usuario exija los certificados de calidad del producto, el certificado balístico y el holograma de la DGSP.