EL PRIMER SENCILLO DE SU PRÓXIMO ÁLBUM, PREVISTO PARA ESTE AÑO
Parece que la noticia está causando furor. ¡Vuelve Manu Chao! ¡Manu Chao está de vuelta! Pero son todo noticias falsas. La verdad es que nunca se fue.
No se ha dejado ver mucho últimamente. Se ha refugiado en la simplicidad. Ha estado viajando con dos amigos, “nada más que tres tíos y tres palos.” Buscar lo más vital, como cantaba alegremente el oso en El libro de la selva. Una forma más sana de ver el mundo. Simplificada y despejada, tanto de objetos como de sentimientos. Con el corazón puro y sin pretensiones. Manu Chao recoge el testigo de un cantante de folk sin escenario que toca junto a la gente que ha venido a verle. Desde los antiguos narradores de historias hasta Woody Guthrie, la tradición es tan antigua como la humanidad. Algo que compartir y transmitir. Porque sí, contra viento y marea.
Como introducción, una rumba. Se la escribió a sus vecinos. De Barcelona y otros lugares. Como un mensaje en una botella. “Viva Tu,” un momento suspendido en el tiempo. Una invitación desinteresada, hecha de palabras salidas de una imaginación instintiva más que de un proceso de trabajo definido. Como él mismo ha confesado a menudo, “el azar es el mejor artista de todos los tiempos.” Manu Chao es un coleccionista de lo que él llama “trocitos” que le llegan. Al final, esos trocitos forman una canción. Y no necesita más. Para él, los accidentes pueden convertirse en creaciones. No persigue la perfección ni una ilusión carente de errores, sino una forma de belleza libre y sin trabas. Con palabras que te miran directamente a los ojos, te deja entrar en su corazón. En el video que acompaña a la canción, las personas aparecen esbozadas en mil colores, sin nombre y en el centro de todo. Representan la vida en toda su sencillez, sin pretensiones; ese momento en el que somos capaces de romper con las limitaciones del tiempo en este mundo codicioso y apresurado. Es una oda a la ralentización de la vida cotidiana y al acercamiento entre cuerpos y almas. Es una canción que lleva tocando desde hace tiempo en todos los lugares a los que lo ha llevado el camino. Y no tiene fecha de caducidad: como suele ocurrir, Manu Chao la tocará una y otra vez, y seguirá evolucionando al tiempo que lo hace él. A su modo de ver, las canciones están vivas, en constante mutación. Pero “Viva Tú” no es huérfana. Es la promesa de un álbum.
Sus canciones serán las embajadoras perfectas. Sus letras dirán más que cualquier entrevista. Su silencio permitirá a los medios escribir su propia versión de la Odisea. Una forma de prosa liberada de los grilletes de la promoción y las preguntas limitantes. La prosa de un trovador, un juglar. De un vagabundo. De un hombre libre que va de pueblo en pueblo, sacándole partido a cada parada en teatros o posadas. Sacándole partido a la vida. Manu Chao es la estrella más anónima del mundo. Sin máscara ni disfraz, cruza los continentes a paso de poeta. Quienes no lo conocen acaban conociéndolo porque tienen oídos, corazón y han sido invitados a un festival, una boda, un funeral o lo que sea. Es un hombre que está más en sintonía con los solsticios que con los años naturales. Tiene la ambición de un holgazán. Es cantante y recopilador de canciones. Ya sea en un bar de Barcelona, en un supermercado de la periferia parisina o en un remoto pueblo de Uruguay, Manu Chao siempre está ahí. Como un jugador de fútbol sin equipo que prefiere jugar a la pelota en un callejón a ganar un trofeo.
“Viva Tu” es una celebración del otro, un mensaje de esperanza cuando el mundo entero se tambalea. Es una mano tendida. El odio está al alcance de cualquiera, pero el amor es un acto de valentía. Manu Chao sabe cuál es su lugar.
“‘Viva Tu’ es, ante todo, el amor por mis vecinos. Es una rumba que les escribí a ellos, así como a los vecinos de los demás. Va sobre aceptarte tal como eres y desde el momento en que aceptas quién eres, ¡Viva Tu!”