El disco es un viaje musical de 15 canciones llenas de folklore argentino con una estética moderna y colaboraciones con Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Trueno y AKRIILA, entre otros.
EL galardonado rapero y cantautor de 18 años, MILO J, se ha convertido en una de las voces más influyentes de la nueva generación de artistas argentinos. Ahora, a través de Sony Music, lanza su nueva obra de arte: LA VIDA ERA MÁS CORTA.
El álbum es una obra que abraza la cultura argentina y la trae al presente, reinterpretando las raíces desde un lugar honesto, actual y profundamente emocional.
Con su nueva producción, MILO J nos entrega un viaje musical compuesto por 15 temas que recorren sonidos folklóricos y tangueros, bandoneones y cánticos originarios, sin caer en lo tradicional.
“Es un disco y un propósito. Son canciones y a la vez una declaración íntima y urgente. Un manifiesto”, aseguró MILO J quien, además, compartió su texto:
Manifiesto
La vida era más corta como historia no lineal y testimonio de los otros cuerpos, mi zamba está hecha mierda
y veo caras medias sombra, sombras que tiñen nuestra historia de color leyenda.
Mi documento arranca con 47 y no me conozco más allá de los pantallazos cargo con una herencia de problemones setenteros y sin nombre.
Este disco son testimonios de mi sueño cambiado, acompañado de un pesimismo que miente muy bien, los pantallazos son pequeños momentos que sospechan alguna razón para seguir vivo.
Hay algunas pesadillas tan bien logradas que terminaron en canciones,
todo esto va con el fin de que el pesimismo
no nos haga quedarnos en los pantallazos
con el verso de que estamos cerca del final.
La vida es corta sí, pero tal vez sea mejor que hacerla larga por no darle un propósito.
LA VIDA ERA MÁS CORTA es una reunión de canciones que traen la voz, la poesía y la potencia de MILO J, habitado por una multitud de sonidos y testimonios. El artista vive la memoria personal y colectiva mientras construye historias que hace propias y voces que atraviesan el tiempo.
El disco es una reunión de noches, de leyendas, de guitarras, de pensamientos, de amigos, de miradas, de cicatrices, de carcajadas, de fastidio, de lo que ama, de lo que duele y de varias generaciones herederas de historias que nunca dejaron de hablar y de cantar.
En el álbum hay recuerdos no vividos, raíces heridas por los tiempos de oscuridad y oscurantismo en América Latina, “esos problemones setenteros y sin nombre”. Y en su obra los tatuajes bajo la piel, las marcas en los años que no fueron los suyos pero que lo son de todas formas, se vuelven canción.
MILO J es un alma con música, con ecos de Santiago del Estero, madre de ciudades, y la generosidad de voces indispensables de Latinoamérica. MILO agarra todo, lo amasa con su tierra, su amor, su barrio, su inquietud, su inteligencia, sus pesadillas y su compromiso.






