Texto: Diana Rodríguez
Fotografías: OCESA / Lulú Urdapilleta
Rawayana se presentó en el Pepsi Center WTC de la Ciudad de México, una de las bandas más influyentes de la música independiente latinoamericana. Desde horas antes del concierto, cientos de fans se congregaron en las afueras del recinto, donde se respiraba una mezcla de emoción y expectativa por ver a la agrupación venezolana. Con el inicio del show, las luces se apagaron y el escenario cobró vida al ritmo de los primeros acordes, transportando al público a un viaje sonoro repleto de energía.
El arranque del concierto fue contundente, con temas cargados de ritmo que conectaron de inmediato con la audiencia. El ambiente se fue avivando cuando sonaron canciones emblemáticas de su repertorio, como “Sin Ti” y “Binikini”, que encendieron a los asistentes. Las primeras filas se movían al compás de las melodías, mientras los más alejados no se quedaron atrás, coreando cada verso. El juego de luces y visuales acompañó perfectamente cada cambio de ritmo, generando una atmósfera envolvente.
A medida que avanzaba la noche, Rawayana ofreció una mezcla equilibrada entre temas más recientes y aquellos que los han acompañado desde sus primeros años. Temas como “Véngase” y “High”, ambos éxitos en su carrera, sirvieron para demostrar la evolución de su sonido. En cada canción, la banda mostró una maestría para mantener el ritmo y la interacción con el público, que no dejaba de aplaudir y gritar entre canciones.
Uno de los momentos más especiales fue cuando el vocalista de la banda, Alberto Montenegro, se tomó un momento para agradecer a sus seguidores mexicanos por su apoyo constante a lo largo de los años. “Siempre es un honor regresar a México, un país que nos ha recibido con los brazos abiertos desde el principio”, comentó, lo que generó una ovación que retumbó en todo el recinto.
El público se entregó por completo cuando sonaron los primeros acordes de “Colchones, tambores y refrigeradores”, uno de los temas más queridos por sus fans. Fue una interpretación íntima y potente, con las voces de los asistentes complementando la del vocalista en un momento que se sintió colectivo y emotivo. A lo largo de la noche, Rawayana también presentó algunos temas de su más reciente producción, destacando la versatilidad de su propuesta musical.
Uno de los momentos más destacados del concierto fue cuando Rawayana sorprendió al público al interpretar por primera vez en vivo su nueva canción “Home Alone”. Al anunciarla, la emoción se palpaba en el aire, ya que los fans no esperaban escuchar este tema en primicia. La melodía, suave pero cargada de intensidad emocional, resonó profundamente entre los asistentes. La respuesta fue inmediata: todos quedaron inmersos en la atmósfera creada por los sonidos frescos y las letras que evocaban un sentimiento de introspección. Fue un momento íntimo y poderoso que marcó una de las cumbres de la noche.
Al terminar el concierto, el público seguía vibrando con la energía que Rawayana dejó sobre el escenario. La banda supo cómo mantener la conexión con los asistentes durante toda la noche, llenando el recinto con una mezcla de ritmos que hicieron bailar, cantar y emocionarse a todos por igual. Cada canción fue recibida con entusiasmo, creando un ambiente de celebración compartida que pocos querrán olvidar pronto. La atmósfera de complicidad entre la banda y sus fans hizo que el cierre se sintiera como una despedida temporal, con la promesa implícita de un próximo reencuentro que muchos ya esperan ansiosos.