Texto: Arturo Santillán
En el 2007, Disney nos presentó la historia de Giselle, una princesa de cuento de hadas que fue enviada al mundo real y descubrió que no existía el “felices para siempre”. Quince años después regresa siendo madrastra de una adolescentes, madre, esposa y ¿con deseos de un cuento de hadas?
Así es, la primicia de esta película rompe con la de su antecesora, ya que Giselle desea que su vida actual sea un cuento de hadas cosa que en “Encantada” había querido dejar, pero aún con eso el nuevo argumento da pauta para pasar momentos agradables.
Desde este punto y sin antes ver la película pudimos definir que al convertirse en madrastra podría ser malvada, y ahí es donde menciono el encanto de Amy Adams que no ha perdido ese toque de carisma pero que a la vez logra hacernos temerle y verla como una femme fatale. Por su parte, Patrick Dempsey ya se nota cansado y en momentos se pierde de la historia junto con Gabriella Baldacchino que de no ser porque es parte clave de la historia, también ser perdería.
Hablando de actuaciones y su desempeño, honor a quien honor merece… Maya Rudolph lo hace magistralmente. Aunado a esto, la película a comparación de la del 2007, es más musical y agradecimos esto porque por fin Idina Menzel hace demostración de porqué es una estrella del teatro musical.
Sin embargo, las canciones no serán recordadas tanto como el “¿Cómo sabrá que la amas?¿Cómo le muestras cariño?” O el “Aquí, soñando con un final feliz”.
Termino diciendo que aunque la película es buena y entretenida nos hace sentirnos identificados de la siguiente manera:
Encantada era un mundo lleno de magia y conocimos las ganas de ver qué hay más allá del “final feliz”, ahora con “Desencantada”, al igual que Giselle, queremos regresar a Andalasia llena de magia, porque eso le falta a esa película.
¡Ya en Disney Plus!