Sam Shepherd, también conocido como Floating Points, anuncia hoy que su nuevo álbum Cascade se lanzará el 13 de septiembre a través de Ninja Tune. Junto con el anuncio, Shepherd comparte el sencillo principal “Key103”, junto con un video musical que continúa su colaboración con la artista Akiko Nakayama, radicada en Tokio.
Cascade es una erupción de asuntos pendientes. A finales de 2022, Shepherd, conocido por fluir entre géneros con tanta libertad como lo indica su nombre artístico, se encontró a sí mismo en el desierto de California trabajando en algo nuevo. Mere Mortals, su primera partitura de ballet, creada con el Ballet de San Francisco, iba a ser una colisión de sonido y danza que exploraba la antigua parábola de Pandora a través del prisma de la tecnología. “Fue uno de los muchos giros que estaba tomando en esa época”, recuerda Shepherd. Sin duda así fue, su álbum anterior Promises, lanzado en 2021, lo vio cambiar sus típicos tapices de sintetizador modular e intrincados patrones de batería por paisajes oníricos aireados, elaborados con el fallecido saxofonista legendario Pharoah Sanders y la Orquesta Sinfónica de Londres. Fue una colaboración tan popular que obtuvo una nominación al Mercury Prize y se presentó en un show único con entradas agotadas en el Hollywood Bowl en septiembre de 2023.
Entre estos proyectos y una banda sonora de anime para Adult Swim en camino, desde fuera podría haber parecido que Shepherd había abandonado la pista de baile para siempre. Pero mientras escribía su partitura de ballet durante el día, de noche se encontró a sí mismo añorando la comunión sudorosa de una pista de baile. Buscando el acelerado abandono de la música electrónica.
Shepherd lanzó Crush, su aclamado segundo álbum, en noviembre de 2019. Fue nombrado como uno de los mejores álbumes de ese año por Pitchfork, The Independent, Mixmag, Loud And Quiet y más, “pero nunca pude explorar su lado rave y experimental en vivo”, se lamenta el músico, cuya gira mundial fue cancelada debido a la pandemia. Cascade se ideó como una continuación de Crush que le permitirá a él (y al público) experimentar a Floating Points en su forma más tradicional: en una pista de baile lleno de ritmos de Buchla y melodías intermitentes que hechizan a un espacio lleno de cuerpos agitados. “Se supone que es una especie de continuación”, añade Shepherd. Esto explica el arte de Cascade: otra portada colorida, llena de imágenes fluidas (creada una vez más por Akiko Nakayama). También explica su evocador título: como Crush, una palabra que implica movimiento, belleza y presión. Lo más importante es que explica su fascinante sonido: suntuosos abismos sónicos en los que puedes perderte una y otra vez.
La creación del álbum forzó a Shepherd a regresar a los elementos más básicos. No sólo en términos de su configuración: “Tengo un estudio en casa con todo el equipo que uso habitualmente, pero no estaba ahí, así que tuve que usar mi laptop y hacerlo todo con audífonos”, dice, sino que en términos de su conexión con la música electrónica y con su ciudad natal donde floreció por primera vez su amor por la música. “Hay algo en Manchester que sigue viniendo a mí, y creo que tiene que ver en parte con sus tiendas de discos”, dice el productor, quien instintivamente nombró las pistas en honor a lugares e instituciones locales. “Cuando era niño, mi escuela estaba a la vuelta del Northern Quarter, así que a la hora de la comida salía corriendo de la escuela para ir a escuchar discos. Estoy seguro de que era un verdadero dolor de cabeza, constantemente sacando discos de los estantes”, se ríe, “pero era increíble escuchar a Autechre en Pelican Neck, a Dilla en Fat City, las mezclas de David Morales en Factory Records… Me dio una educación paralela musical a lo que me enseñaban en la escuela”. Esto se puede encontrar en varias pistas del álbum, incluyendo el sencillo principal “Key103”, que lleva el nombre de “una estación de radio clandestina de Manchester que escuchaba religiosamente” y que ayudó a expandir su sensibilidad musical más allá de los compositores clásicos en los que se centró en su trabajo académico (Shepherd estudió composición en la Escuela de Música de Chetham).
Otros temas se inspiraron en los alrededores polvorientos del desierto de California, pero no se equivoquen: Cascade es un disco forjado en una adolescencia vivida en Manchester, descubriendo el poder de expansión mental (y depuración de emociones) de la música electrónica en todas sus formas. Aunque fue concebido como una continuación de Crush, Cascade lleva el sonido de Floating Points a nuevos mundos. Las nueve canciones pueden arder y chispear durante hasta ocho minutos a la vez, lo que permite una exploración más amplia de sonidos y ritmos que antes. Casi una década después de Elaenia, su venerado álbum debut, el compositor ha descubierto formas de perfectamente integrar sus experimentos en su música diseñada para la pista de baile. “Estoy constantemente persiguiendo desafíos”, dice Shepherd, explicando cómo este álbum encaja en su red cada vez mayor de proyectos creativos, de los cuales hay muchos. “Siempre quiero mantener las cosas en movimiento y dedicarme a lo que me emociona. Ya sea trabajar con una orquesta de 100 músicos en un ballet o solo en una laptop”, sonríe Shepherd. Cascade es la prueba: cuando se trata de innovación electrónica y pistas que te ponen los pelos de punta, Floating Points siempre tendrá asuntos pendientes.