Texto: Jorge Gonzalez
The Fabelmans es una pieza perfecta para ir al cine en esta Temporada de Premios, tiene actuaciones espectaculares, un guión cumplidor, al utilizar la creación fílmica como uno de sus vehículos para abordar su relato se permite ser bastante metanarrativa en un modo distinto al que pueden serlo las películas de superhéroes cargadas de sus autoreferencias, ya conquistó Dos Globos de Oro importantísimos y podría tener con qué competir por galardones futuros -es notable eso sí; que no haya habido para los intérpretes donde quizá se luce más (Michelle Williams tiene que cargar con mucho en la cinta por ejemplo).
La historia es bastante sencilla y fuera de un par de elipsis notables no hay mucha dificultad en seguirla tampoco, el personaje principal Sammy Fabelman descubre su afición por filmar cintas y por obtener productos de calidad en sus filmaciones, esto mientras su casa está dividida entre los sueños artísticos perdidos de su madre y la amabilidad casi mecánica de su padre, la naturaleza de uno y otro van marcando distintos momentos de su juventud, la cinta logra equilibrar a todos los personajes y también situaciones dramáticas con una comedia que resulta efectiva cuando aparece, el hecho de que se sienta autobiográfica puede tener al espectador en todo momento preguntando donde empieza la realidad de la juventud de Spielberg en el relato y donde está aderezada con la ficción correcta, ambas parecen fluir sin percibirse -a veces incluso llamando la atención sobre estas mismas.
Es el andar entre una postura y otra, el acoplarse a los cambios de la era y el tratar de resolver los conflictos familiares donde la película se centra, pero la creación de cine analógico respalda muy bien esta narración a la vez que da una idea de lo mucho que ha cambiado la producción del cine amateur y estudiantil en poco más de medio siglo.
El mayor inconveniente que puede tener la cinta es su duración que quizá le aleje del público que no deseé ver una historia sencilla y dramática sin demasiada acción o demasiadas risas por más de 2 horas y media, pero para quien se aventure a ello el descubrimiento de una pieza bien realizada estará esperando.