Texto: Laura González
Fotografías: OCESA / Lulú Urdapilleta
El Auditorio Nacional de la Ciudad de México se transformó en el escenario de una de las noches más esperadas del año. La legendaria banda Maná volvió a los escenarios con “México Lindo y Querido Tour 2024”, un evento que reunió a más de 10,000 fanáticos deseosos de revivir las melodías que han marcado generaciones enteras.
Con el reloj marcando las 9:30 p.m., las luces del Auditorio se apagaron y el público contuvo el aliento. El silencio se rompió cuando el imponente escenario cobró vida con una explosión de luces y sonidos, mientras la silueta de Fher Olvera, vocalista de la banda, emergía entre vítores ensordecedores. La banda arrancó con su clásico himno “Rayando el Sol”, provocando que el público estallara en aplausos y cánticos. Desde el primer acorde, quedó claro que la magia de Maná seguía intacta.
El setlist estuvo compuesto por los grandes éxitos de la banda, pero también por momentos que sorprendieron y emocionaron al público. Canciones como “En el Muelle de San Blas”, “Amor Clandestino”, y “Eres mi Religión” hicieron que el Auditorio vibrara al unísono, mientras miles de voces se unían al coro de cada tema. Sin embargo, uno de los momentos más icónicos de la noche fue la interpretación de “¿Dónde Jugarán los Niños?”, una canción que ha trascendido fronteras y generaciones. Para esta pieza, el escenario fue transformado en una selva tropical, con un gran elefante mecánico que dejó sin aliento a los presentes.
En medio de este espectáculo visual, Fher no perdió la oportunidad de transmitir un mensaje profundo: la importancia de cuidar el planeta. Con su característico fervor ecologista, el líder de la banda recordó a su audiencia la responsabilidad que todos tenemos con el medio ambiente, un mensaje que ha acompañado a Maná desde sus días como “Sombrero Verde”. El discurso de Fher fue recibido con aplausos y ovaciones, demostrando que la música no solo puede entretener, sino también concienciar.
Uno de los momentos más especiales del show fue cuando la banda se trasladó a un set improvisado en mitad de la pista, acercándose aún más a sus fans. Desde esta posición, interpretaron canciones como “El Reloj Cucú” y “No Ha Parado de Llover”, creando un ambiente íntimo, casi familiar, que conectó profundamente con el público. Maná ha sabido, como pocas bandas, mantener esa cercanía con su audiencia, y esta noche no fue la excepción. El vínculo entre la banda y sus seguidores se hizo palpable en cada nota, en cada mirada, en cada gesto.
A medida que el concierto se acercaba a su final, la energía en el Auditorio alcanzó su punto más alto. Con la bandera de México en sus manos, Fher interpretó “Clavado en un Bar”, una canción que se ha convertido en un himno de la banda y que fue coreada a todo pulmón por los asistentes. Envuelto en la bandera tricolor, el vocalista aprovechó para rendir homenaje a la grandeza del pueblo mexicano, reconociendo su fortaleza, su pasión y su espíritu indomable.
El “México Lindo y Querido Tour 2024” no solo es una celebración de la música de Maná, sino también un tributo a las raíces mexicanas que han sido el corazón de su carrera. A lo largo de la noche, la banda demostró que su legado sigue tan vivo como siempre, y que su música continúa resonando en los corazones de sus fans. Cada canción, cada palabra, cada nota fue un recordatorio de que Maná no es solo una banda, sino un símbolo de orgullo para todo México.
Con este tour, Maná no solo regresa a los escenarios, sino también a sus raíces, en una gira que promete seguir llenando auditorios y corazones a lo largo y ancho del país. La velada del 10 de octubre será recordada como una de las más emotivas en la carrera de la banda, un encuentro entre viejos amigos que, a pesar del paso del tiempo, siguen compartiendo una misma pasión la música.