Texto: Jorge González

Fotografías: OCESA / Lulú Urdapilleta

La noche del viernes 16 de mayo Bacilos se presentó por 2do año consecutivo en el Auditorio BB, es un sitio pequeño pero la banda logró no solo llenarle adecuadamente sino mantener el ambiente a tope durante más de 2 horas en un espectáculo que inició puntualmente tras la presentación inicial de Connie Isla.

Y es que la manera en que logran mezclar las propuestas de sus nuevas producciones con los clásicos de hace más de 20 años entrega un espectáculo particular en que la energía se permite variar entre el más reciente“Pequeños Romances” o clásicos como “Tabaco y Chanel” sabiendo dejar el impacto de “Caraluna” y “Mi primer millón” (esta 2da contando con la aparición especial de Los Rumberos) en el punto más cargado de energía de la presentación.

Ocurre una transformación interesante en la energía de algunas de las piezas clásicas de antes de la primera separación en donde una energía distinta ha sido inyectada en ellas a través de la experiencia de los integrantes sin que se le reste a lo que el público quiere escuchar de ellas.

Lo cierto es que espacios como el Auditorio BB, el Indie Rocks o aquel ahora extinto recinto al sur del Parque España le permiten a los asistentes una oportunidad de escuchar a los artistas y a la vez verles no perdidos entre multitudes, por supuesto eso implica que solo aplica para bandas o cantantes que no provoquen a esas multitudes, pero a veces es afortunado poder tener este tipo de presentaciones más allá de los festivales.

Pequeños Romances con las más recientes producciones de Bacilos lo mismo que toda la discografía de hace más de 20 años -a pesar de la pausa de una década entre 2007 y 2017- está disponible en todas las plataformas para demostrar que Bacilos sigue creando piezas que mezclan el poder de un hit con letras constantemente ingeniosas que lo mismo tienden a una melancolía estridente o a ser meramente divertidas como lo era “Mi Primer Millón” o “Besela ya” cuando les escuché en TV por primera vez en un mundo en que no había aún redes sociales y el internet requería marcar para conectarse.