Un Thriller Contemporáneo con Sabor a Venganza y Tecnología

En el saturado universo del cine de acción moderno, donde las fórmulas suelen repetirse con precisión casi quirúrgica, es refrescante encontrarse con una cinta como Amateur, que si bien no renuncia a ciertos tropos del género, los resignifica a través de una propuesta más introspectiva y cerebral. Dirigida con pulso firme y sin excesos innecesarios, esta historia encuentra su ancla emocional y narrativa en la interpretación de Rami Malek, quien encarna a Charles Heller, un personaje atípico dentro del canon de los justicieros del cine contemporáneo.

Desde el inicio, la película nos sitúa en el terreno de la venganza, ese motor tan clásico como efectivo del thriller. La muerte de la esposa de Heller, mostrada brevemente en el tráiler —por lo que no se considera spoiler— es el detonante de una historia que juega con lo conocido y lo inexplorado a partes iguales. La diferencia radica en el quién y en el cómo: Heller no es un agente entrenado para matar, no es un hombre musculoso con pasado militar, ni un experto en artes marciales. Es, en cambio, un individuo común, con conocimientos profundos en áreas tecnológicas y de inteligencia artificial, que debe enfrentarse a un mundo donde el poder se impone con fuerza bruta y decisiones rápidas.

Esta apuesta por un protagonista no tradicional funciona como una bocanada de aire fresco. Malek se desenvuelve con una mezcla de vulnerabilidad y determinación que nos permite conectar con su causa desde los primeros minutos. Su venganza no nace del ego ni de la arrogancia, sino de una necesidad humana de justicia —o al menos de una versión personal de la misma— que se va volviendo más compleja a medida que avanza la trama. En este sentido, la película juega con el dilema moral del espectador: ¿Hasta qué punto es válida la venganza cuando quien la ejecuta no está capacitado para ello? ¿Es suficiente la motivación emocional cuando las habilidades físicas están en desventaja?

La construcción de Heller se vuelve más rica por ese contraste: no puede competir cuerpo a cuerpo con sus enemigos, pero compensa cada debilidad con ingenio, conocimiento, y una capacidad táctica poco común. Sus métodos no son los de Jason Statham ni los de Keanu Reeves, y justo ahí reside parte del atractivo del filme. El suspense no proviene tanto de la ejecución de secuencias espectaculares —aunque las hay, bien dosificadas y coreografiadas— sino de la tensión constante de saber que el protagonista está, técnicamente, fuera de su elemento.

A pesar de su naturaleza poco convencional, Amateur no escapa de algunos clichés del género. El guion incluye momentos en los que sus superiores y colegas intentan disuadir a Heller, advirtiéndole que lo que busca está por fuera de su capacidad o jurisdicción. Es un recurso familiar, sí, pero aquí funciona de forma interesante: no se trata de que Heller niegue su falta de preparación, sino que decide avanzar a pesar de ella, consciente de que su fortaleza radica en otro tipo de inteligencia.

Aunque no es la primera vez que el cine nos presenta a un protagonista con habilidades tecnológicas como herramienta principal de combate —con antecedentes que van desde Enemy of the State hasta The Girl with the Dragon Tattoo—, Amateur encuentra una voz propia, en parte gracias al tono solemne pero accesible que mantiene a lo largo del metraje. No se toma a sí misma demasiado en serio, pero tampoco cae en la ironía fácil ni en el espectáculo vacío.

La fotografía sobria, con una paleta de colores fríos que remite al aislamiento emocional del personaje, se complementa con una banda sonora sutil que acompaña, sin imponer, cada momento de tensión o introspección. Es un trabajo técnico sólido que permite que la atención permanezca centrada en la historia, sin distracciones innecesarias.

Amateur es, en última instancia, una película que no pretende reinventar el thriller, pero que sí logra aportarle una perspectiva fresca. Se agradece que una producción de este tipo elija confiar en la interpretación de un actor como Rami Malek para llevar el peso emocional de la historia, alejándose del músculo y acercándose más a la mente, al sentimiento, y al riesgo calculado.

Perfecta para quienes buscan un thriller con más cerebro que puñetazos, Amateur es también una excelente opción para disfrutar en este inicio de vacaciones de Semana Santa. No sólo por su narrativa envolvente, sino porque recuerda que la acción no siempre tiene que ser ruidosa para ser efectiva. A veces, el héroe más improbable es también el más interesante.