La Arena Ciudad de México se convirtió este fin de semana en el epicentro de una gran fiesta ska: Inspector, una de las bandas más icónicas del género en México, celebró tres décadas de carrera con un concierto que no solo fue un recorrido musical, sino también un emotivo reencuentro con generaciones de seguidores que han hecho de su música parte esencial del soundtrack de sus vidas.

Desde tempranas horas del sábado, cientos de fans —jóvenes, adultos, familias enteras— comenzaron a congregarse en las inmediaciones del recinto, muchos vestidos con tirantes, sombreros pork pie y camisetas alusivas al ska. A las 20:30 horas, las luces se atenuaron y la banda regiomontana tomó el escenario entre una ovación ensordecedora. El arranque con “Amnesia” fue el detonante para una velada cargada de nostalgia, energía y pasión compartida.

Acompañados de una producción robusta, con pantallas monumentales, una sección de metales impecable y visuales que proyectaban momentos emblemáticos de su trayectoria, Inspector ofreció un show redondo. El setlist —diseñado como un viaje sonoro por sus diferentes etapas discográficas— incluyó clásicos infaltables como “Y qué”, “Es por ti”, “Me estoy enamorando” y “Te he prometido”, los cuales desataron los coros al unísono de más de 15 mil almas reunidas.

Uno de los momentos más especiales de la noche fue cuando Big Javy, vocalista de la banda, hizo una pausa para agradecer a su público por el apoyo incondicional durante tres décadas. “Hace 30 años éramos solo unos chavos de Monterrey tocando en patios y fiestas. Hoy, gracias a ustedes, estamos celebrando en una de las arenas más importantes del país. ¡Esto es por y para ustedes!”, declaró visiblemente emocionado.

La noche también contó con invitados especiales que se unieron a la celebración, entre ellos integrantes de bandas hermanas del ska mexicano como Sekta Core, Los de Abajo y Salón Victoria, quienes subieron al escenario para interpretar temas emblemáticos, consolidando un espíritu de comunidad que caracteriza al movimiento.

Musicalmente, Inspector demostró por qué sigue siendo una referencia obligada dentro del ska latinoamericano. Su fusión de ritmos jamaiquinos con letras que oscilan entre el amor, la crítica social y la celebración de la vida sigue vigente, conectando tanto con quienes crecieron con ellos en los 90, como con nuevas generaciones que ahora corean sus letras con la misma pasión.

El concierto cerró con una explosiva interpretación de “Sin rencor”, seguida de fuegos artificiales y una lluvia de papelitos dorados que cayó sobre el público, marcando así el final de una noche histórica para el ska mexicano.

Treinta años no se dicen fácil, y Inspector no solo los celebró con música: los reafirmó con presencia, con entrega y con un mensaje claro de que aún hay mucho por contar desde el barrio para el mundo. La Arena CDMX fue testigo de un legado que sigue vivo, vibrante y más fuerte que nunca.