Ioze Peñaloza suma un nuevo y desafiante proyecto a su carrera con su participación en “Noviembre”, la más reciente película del director Tomás Corredor, seleccionada para presentarse en el prestigioso Toronto International Film Festival (TIFF).
La cinta se adentra en uno de los episodios más dolorosos y complejos de la historia reciente de Colombia: la Toma del Palacio de Justicia en 1985. En medio de la violencia, mientras afuera estallan tanques, balas y fuego, un grupo conformado por guerrilleros, magistrados y civiles queda atrapado en un baño, forzados a compartir el mismo espacio durante más de 27 horas.
En este relato coral de encierro y resistencia, Peñaloza interpreta a Carlos, uno de los guerrilleros más jóvenes implicados en la toma. Convencido de las ideas del movimiento y fiel al plan de Almarales, Otero y Jacquin, su personaje representa la esperanza de que, desde el Palacio, los magistrados escucharan sus demandas y enjuiciaran al gobierno por incumplir el cese al fuego.
Desde el inicio de la película, Carlos carga con una herida de bala en la mano derecha que le impide combatir como los demás. Sin embargo, su presencia se mantiene a lo largo de la historia, proyectando la fragilidad y, al mismo tiempo, la fuerza de quienes luchan por sus convicciones a pesar del dolor.
El confinamiento, lejos de ofrecer refugio, se convierte en un espejo donde cada personaje se enfrenta a lo más profundo de sí mismo: el miedo, las convicciones, las contradicciones y la inquebrantable necesidad de sobrevivir. Dentro, las palabras se convierten en armas; fuera, el caos se desata sin piedad.
Noviembre no solo reconstruye un hecho histórico, sino que lo convierte en un drama humano y visceral que reflexiona sobre la fragilidad de la vida en circunstancias extremas, donde la línea entre víctima y victimario se difumina y la humanidad se revela en toda su complejidad.
Para Ioze Peñaloza, Carlos representa un desafío actoral por la intensidad de su arco, breve pero crucial, que refleja la vulnerabilidad de un joven atrapado entre la fe en un ideal y la desesperación de saberse al límite. Su interpretación coloca un rostro humano dentro del caos, mostrando al guerrillero no solo como combatiente, sino como un ser atravesado por el miedo, la convicción y la inevitabilidad de la muerte.
Con esta participación, Ioze Peñaloza reafirma su capacidad para integrarse en proyectos de gran relevancia artística y política, sumando a su trayectoria un trabajo que dialoga con la memoria histórica y que, desde la ficción, busca abrir nuevas reflexiones sobre un pasado que aún resuena en la actualidad.
Noviembre no es solo una película sobre la violencia, sino una exploración de la condición humana en circunstancias extremas. Su selección en el Toronto International Film Festival confirma su potencia narrativa y el alcance universal de una historia que habla del miedo, de la ideología y, sobre todo, de la desesperada necesidad de sobrevivir.






