En “Jardín”, el artista reflexiona sobre unos sentimientos que dejó atrás y la idea de aferrarse a algo cuando todo parece hundirse. Entre capas de sintetizadores suaves, un piano descontrolado, y una batería contenida pero firme, la canción rompe con una producción impredecible y una amalgama de sentidos que efectivamente hacen sentir como una pequeña hormiga dentro de un jardín repleto de sonidos, colores, y luces.

Con “Jardín”, El Faro reafirma su lugar dentro del pop independiente español como un artista que no teme mirar hacia adentro.

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