Zoé transformó el Domo de Cobre en una Vía Láctea

Texto: Deftone

Fotografías: Diego Hurtado

El primer acto de una trilogía que nos llevó de lo más moderno a lo clásico de la banda

Eran las 9 en punto, las luces del Palacio de los Deportes se apagaron y empezó a sonar el intro de Velur, tema perteneciente a su más reciente producción titulada Sonidos de Karmática Resonancia, la siguiente canción fueKarmadame, una de las favoritas del público y también perteneciente a ese material, No Hay Mal que Dure y Últimos Días continuaron en el repertorio.

Azul, 10 A.M. y Nada, hicieron que el público se encendiera de una forma inimaginable, cantando, brincando y conectados con la banda, preparando el camino para lo que vendría con Arrullo de Estrellas, donde el Palacio de los Deportes se convirtió en un cielo iluminado por las luces de los celulares en un momento mágico, especial, un momento para viajar por constelaciones, por mundos y por sueños.

Me gusta pensar que esas luces, estrellas, guiaron a las dos chicas que tristemente perdieron la vida mientras se dirigían al concierto, Sofía y Esmeralda trascendieron iluminadas por los fans, siguiendo la música de Zoé, encontrando su lugar en esa constelación, su lugar en la Vía Láctea.

Fin de Semana, El Duelo, Canción de Cuna Para Marte fueron entonadas, estábamos llegando al momento de los clásicos de la banda, esos que siempre son esperados y bien recibidos por la audiencia, Paula, Vía Láctea y Poli llegaron haciendo que todos se unieran en una sola voz, Hielo, Labios Rotos y SKR siguieron, la banda se despidió, pero todos sabíamos que vendría en encore.

Fiebre, Luna, No Me Destruyas hicieron que el público se prendiera aún más anticipando las canciones que serían las que cerrarían la noche, así es, llegó el momento de Soñé y Love, para ponerle el broche de oro a las dos horas de show que dio Zoé en el Palacio de los Deportes, demostrando de nueva cuenta la razón por la cual es una de las bandas más emblemáticas del rock nacional.