Otoño ya llegó y con él, una explosión de colores, aromas y tradiciones. Es la temporada en la que las hojas cambian de verde a tonos cálidos como naranja, café y amarillo, y en la que diversas celebraciones culturales llenan de vida los hogares. Desde festivales de cosecha hasta tradiciones, esta época invita a explorar la creatividad y colores que nos rodean.
En México, los colores son parte esencial de nuestra identidad. Lo vemos en el arte popular, la naturaleza y los símbolos que nos unen como sociedad. El verde, blanco y rojo de la bandera, por ejemplo, han acompañado nuestra historia desde hace más de dos siglos, evolucionando en su significado como hoy los conocemos: verde por la esperanza, blanco como unidad y rojo los héroes nacionales.
Además de los símbolos patrios, están en alebrijes, los textiles artesanales que narran historias en cada hilo, el papel picado que ondea en las celebraciones, y en esta temporada, en las hojas que caen, calabazas y elementos de festividades como el Día de Muertos. El naranja, café y amarillo del otoño reflejan los cambios en la naturaleza, transmiten calidez y confort.
Así, asociar colores con las estaciones del año es una forma poderosa de aprendizaje para los niños. Cada tonalidad refleja cambios en la naturaleza y el entorno: los verdes vibrantes del verano, naranjas y cafés del otoño, blancos y azules del invierno, y los colores vivos de la primavera. Esta relación entre color y estación les permite desarrollar percepción visual, memoria y capacidad de observación, además de vincular emociones y experiencias sensoriales con cada época.




