Hoy, la cantante noruega-estadounidense Okay Kaya lanza su cuarto álbum Oh My God – That’s So Me, que fue completamente escrito, grabado y producido por la propia Kaya en Oslo, Noruega. El álbum incluye el sencillo “The Groke”, que se destacó en la lista Songs You Need In Your Life de FADER y en la lista semanal de The Guardian tras su lanzamiento, llegando con un video de otro mundo dirigido por Julia Patey.
Oh My God – That’s So Me encuentra a Kaya declarando, dando declaraciones sin calificación; aquí, no se interrumpe a sí misma: deja sus deseos completamente sentidos, sus emociones experimentadas por completo (‘I wanted nothing more’). Se permite recurrir a nociones reconfortantes (‘One must imagine the rock happy’) y se siente igual de cómoda en las minucias (‘I swear I’ll pay attention/not just pleasure or pain’). En los dos años desde Sap – de hecho, en los 6 años desde Both – Okay Kaya ha recorrido una gran distancia que la ha llevado de vuelta a sí misma. Fingir hasta sentirse bien es algo que ya no puede hacer: ‘I’ll take the sensations, just let me back into my body again’, canta en la marcha triunfal de “The Wannabe”. Es como si antes de grabar la última canción del álbum, “The Art of Poetry”, Kaya hubiese vuelto a escuchar todo lo que había grabado y se hubiera sumergido en el mundo de los coros, en un momento de reconocimiento tan abrumador, tan relajante, que necesitaba repetirse: “Oh My God – That’s So Me”.
Una capacidad duradera para conectar la belleza con la mundanidad cotidiana que hace que la composición de Kaya parezca una habilidad única en su generación. En Oh My God – That’s So Me, Kaya redobla la apuesta por la naturaleza autorrealizada de Sap de 2022, con gran parte de la composición y la producción hecho por ella misma, a veces en perfecta reclusión tras su mudanza a una isla el año pasado. La isla, a la que solo se puede llegar en barco, creó una serie de limitaciones, desde oportunidades de colaboración hasta el acceso a actividades en tierra firme, que se convirtieron en una herramienta para la creación del disco. El tiempo a solas le permitió abstraer los conceptos de la existencia en múltiples plataformas y la realidad de navegar por la ficción en el arte.