La agrupación que comenzó homenajeando a grandes del rock argentino, ahora está construyendo una sólida trayectoria con canciones que cuentan con millones de views y reproducciones.
Tomás Otero y Jeremías Oro están listos para conquistar latinoamérica con su sonido.
Los boletos ya están a la venta.
Como muchas otros proyectos, la aventura musical de Koino Yokan empezó haciendo covers. Así pues, entre su repertorio se contaban clásicos como “Mil horas” de Los Abuelos de la Nada, “Casi me pierdo” de los Cafres o “Pupilas Lejanas” de los Pericos. Estaba terminando la década pasada y pronto el público se dio cuenta de que el proyecto tenía un potencial más allá de la diversión o las reversiones. Koino Yokan pronto empezó a cosechar una fanaticada que conectaba con su discurso.
Tomás Otero y Jeremías Oro tienen una facilidad para hacer canciones que deambulan entre el pop, el rock y el reggae. Con tremendas influencias, no es difícil imaginar que su oído educado les permite hacer coros memorables y temas que se convierten rápido en los favoritos de las personas. Son la combinación perfecta para cantar a todo pulmón canciones que le hablan al amor y a los sentimientos humanos.
Con más de 100 millones de views en sus videos y 50 millones de streams en sus canciones, Koino Yokan quieren conquistar latinoamérica. En el 2022 tuvieron su primera gira por toda Argentina agotando todas las salas en donde se presentaba y culminando con una presentación frente a 2000 gargantas en Buenos Aires. En el 2023 sólo expandieron las presentaciones y los fanáticos. La conexión con el público es innegable.
El dueto ahora llega a México para presentarse en diferentes ciudades que serán testigo de esa pasión desbordada de una banda que escribirá historia.
12/05: Mae Fest, San José, Costa Rica
16/05: Guadalajara, C.C. Bretón, México
17/05: Bajo Circuito, CDMX, México
18/05: Tierra Luna, Xalapa, Mexico
Estas son las fechas para cantar a todo pulmón temas como “Lo que hoy quieras” y “Todo el día es así” y poder decir que estuvieron en esos conciertos en donde se presentan sensaciones indescriptibles que sólo llegan con una conexión indefinible entre la banda y el público.
